Los datos como infraestructura del cambio
En un mercado cambiante, dirigido por grandes masas de datos, por cambios digitales y por la experiencia del cliente, es imprescindible no descuidar estos tres pilares para conseguir un departamento de operaciones inteligente capaz de sobrevivir al mercado actual y no morir en el intento.
En concreto, la posibilidad de tomar decisiones basadas en predicciones construidas gracias a una infraestructura de datos casi en tiempo real es uno de los principales factores que afectan a las empresas hoy en día. Para la mayoría de las grandes empresas tomar dichas decisiones hoy es difícil ya que las compañías poseen grandes reservas de datos que en muchas ocasiones dejan pasar por alto. Según el estudio de Accenture, "The Future Belongs to Intelligent Operations", casi el 80% de los encuestados poseen un intervalo del 50% hasta el 90% de datos que son desestructurados* y difíciles de acceder o inaccesibles.
*Con datos desestructurados, se hace referencia a imágenes digitales, videos, retroalimentación en las redes sociales, contenido web, dibujos o textos hechos a manos, etc.
Así pues, mientras la información se convierte en la nueva moneda de cambio, las empresas deben adaptarse a ello fijando los datos como origen de sus operaciones. La transferencia de conocimiento y de datos debe convertirse en el motor subyacente de la construcción de la prestación de servicios. De esta forma, las empresas no solo deben recopilar y asimilar datos internos de extremo a extremo, sino que también necesitan desarrollar la habilidad de obtener y analizar datos externos.
La diversidad de información que a menudo es pasada por alto y que consiste en grandes masas de datos contenida dentro de los procesos internos, combinada con datos de terceros como proveedores, competidores y el mercado en general; constituyen la posibilidad para mejorar la calidad y velocidad de las decisiones tomadas, y el cambio radical necesario para sobrevivir y tener éxito.
Los datos son la columna vertebral y la base de las operaciones inteligentes. Cuando son conectados y analizados, tanto los estructurados como los desestructurados, mediante sistemas tanto internos como externos, proporcionan los conocimientos innovadores necesarios para la mejora del rendimiento empresarial. De hecho, según la encuesta de Accenture, más del 90% de los encuestados creen que las decisiones tomadas en base a datos les ayudarán a conseguir sus objetivos de negocio.
El problema radica en aprovechar los datos. Por ejemplo, cuando una empresa decide emprender el camino para optimizar o automatizar cualquier proceso, se da cuenta de que existen muchos dibujos a mano que la herramienta de reconocimiento óptico de caracteres no puede recolectar, o también el volumen de formularios no estandarizados en PDFs o imágenes que involucran sus procesos.
Dada la importancia de los datos para las operaciones inteligentes, las empresas necesitan una fuerte estrategia que les ayude a explotar los diversos datos a los que tengan acceso, tanto internos como externos, estructurados o no, desde los procesos y a través de las funciones. Por ello el 99% por ciento de las empresas están desarrollando una estrategia de gestión de datos alrededor de tres pilares primordiales:
• La agregación de datos para compilar datos de varias fuentes o bases con el objetivo de preparar conjuntos de datos combinados para la generación de conocimiento.
• Los depósitos de datos para almacenar datos en su formato natural en una sola unidad. Los depósitos de datos sirven para almacenar datos tanto estructurados como desestructurados, y hacerlos más accesibles para que puedan ser utilizados para informes, visualización, análisis y aprendizaje automático.
• La curación de datos para organizar, integrar y presentar datos recopilados de varias fuentes con el objetivo de que el valor de los datos se mantenga y mejore a lo largo del tiempo.
Fuente: The Future Belongs to Intelligent Operations, 460 enterprise respondents survey, 2017, HfS Research and Accenture